
Dedico una media de dos horas largas en la mañana a pasear, tengo dos perretes a los que les encanta el campo y por lo tanto mi pasatiempo favorito es recorrerme de arriba a abajo la Casa de Campo de Madrid.
En mis múltiples paseos de este último mes, en donde casi todos los días camino de punta a punta, paso por enfrente de una zona vallada situada sobre el centro del parque, protegida por alambres de una altura de dos metros y donde cada 10 pasos te encuentras un cartel enorme que dice «Zona de reserva integral, prohibido el paso».

Este cartel pasivo-agresivo repartido por toda la valla, no da explicación alguna sobre qué es esa «zona de reserva integral», y salvo que sepas algo del tema, te parecerá que desobedecerlo no es tan grave, sin embargo tras investigar al respecto, en mi opinión, a ese «prohibido» le falta fuego.
Una Zona de Reserva Integral es un área dentro de un espacio natural protegido que se destina a la conservación estricta de sus valores ecológicos, biológicos y paisajísticos.
En estas zonas se limita al máximo la intervención humana: no se permite el acceso libre ni actividades recreativas, la recolección de flora o fauna está prohibida y solo se autorizan intervenciones puntuales con fines de investigación científica o de gestión ambiental muy específicos
Su finalidad es preservar hábitats sensibles y especies en peligro, garantizando que los procesos naturales se desarrollen sin interferencias. ¡Pisar dentro de esas zonas se vuelve una catástrofe!

La Casa de Campo, reconocida como Bien de Interés Cultural y considerada el gran pulmón verde de Madrid, alberga en su interior varias zonas de reserva integral creadas para proteger los ecosistemas más delicados.
Se pueden encontrar hábitats sensibles como charcas temporales y humedales donde se reproducen anfibios, áreas clave para la fauna protegida como aves rapaces o murciélagos, y comunidades de vegetación singular como encinares maduros o bosques de ribera bien conservados.
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En estos espacios de acceso restringido en los que se da prioridad a las funciones ecológicas frente al uso recreativo, se convierten en auténticos santuarios naturales dentro de un parque abierto al ocio ciudadano.
Así que si quieres ir a disfrutar de nuestros maravillosos parques y bosques, recuerda ser respetuoso, no tirar basura al campo y hacer caso a los carteles que ponga «Prohibido el paso» aunque no entiendas de primeras a qué se puede referir!
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